El rincón de Diego

Lilypie - Personal pictureLilypie Third Birthday tickers

jueves, 26 de enero de 2012

Gracias!


Este nuevo año me he propuesto volver a retomar de manera periódica la actualización del Blog. Ya casi ha acabado el mes de enero y esta va a ser la primera entrada, así que mal empezamos… No es que no hayan pasado cosas, al revés, tengo pendientes varios viajes, miles de vivencias e incluso una operación de apendicitis en plena Navidad… Lo único que me faltaba eran ganas de fingir que no soy un escritor frustrado.  Siempre lo digo, si tuviera un poco más de talento y menos miedo otro gallo cantaría, no sé si desafinaría más, pero sería otro gallo seguro.

Sin embargo, no quiero retomar el blog hablando de ningún viaje, quiero hablar de algo mucho más importante, la amistad. Es curioso, me he dado cuenta que según escribía esa palabra, amistad, me entraba una extraña sensación, casi como de vergüenza. Nada raro supongo, siempre me costó hablar de sentimientos, así que tiendo a enmascáralos con risas, chascarrillos y miradas a otro lado.

La distancia es el olvido, o eso dicen. En el fondo depende de la relación y el sentimiento. Cuando las cosas son de verdad unos cuantos miles de kilómetros no las trasforman en mentira.

En mi caso la distancia ha servido para volver a reunirme con mis viejos amigos de la infancia. Durante todos estos años he sido capaz de mantener la amistad que desde  la facultad me une a Fran. Sin embargo, con  los amigos del barrio me fui distanciando. Con los años me fui dando cuenta que al perderlos a ellos  también me estaba perdiendo yo. Somos lo que hemos vivido y con quien lo hemos vivido, relegar a galeras a los seres queridos es dejar de ser nosotros para convertirnos en otra cosa. En el fondo no hay mayor distancia que el olvido ni mayor ofensa que traicionarse a uno mismo.

El caso es que  la excusa de que me había ido a vivir muy lejos me pareció perfecta para intentar retomar el contacto. Luego, ellos me enseñarían que no hace falta buscar ningún pretexto.

Al primero que volví a ver fue a Ricardo, una noche entera de “banco y pipas”. El tiempo no se paró, retrocedió, nos pusimos al día de tantos años en cuestión de segundos. Reí hasta llorar, como no lo había hecho en mucho tiempo. A las pocas horas de nuestro encuentro recibí la noticia del fallecimiento de mi padre. Ricardo fue de las primeras personas a las que llamé, al poco tiempo vino a verme y volvimos a compartir lágrimas.

No fue hasta mi siguiente visita a Madrid cuando pude quedar con todos. Recuerdo ir en el coche  buscando la dirección, mis amigos me intentaban indicar por el móvil cómo llegar sin perderme más de lo que es habitual en mi. Estaba bastante nervioso, no sé por qué, o quizás sí lo sé y no me atrevo a confesarlo, qué más da. Al primero que vi fue a Vizcaíno. Ni me acordaba de cuándo fue la última vez que nos vimos. Lo que si recordé al instante fue todo lo que habíamos pasado juntos. Al llegar me saludó como si nos hubiéramos visto la semana pasada. Como si nada hubiera cambiado, fue entonces cuando comencé a pensar que quizás, con suerte, nada había cambiado. Dentro estaban los demás Ricardo, Truji y Javi con sus mujeres e hijos. Todo fue natural, espontaneo. Al rato estaba hablando con Truji, contándole las vivencias por tierras Filipinas, e intentado avivar su espíritu aventurero y viajero para que venga junto con Patricia a visitarnos. Fue justo en aquel momento, hablando con él cuando sentí algo muy especial. Me sentí más cómodo de lo que había estado en mucho tiempo. Me sentí en casa.


¡Cómo me divertí ese día! Cuando ya llevábamos un par de mojitos nos quitamos las camisetas (no pude dejar de fijarme en lo en forma que se conservaban todos en general y Ricardo en particular) y comenzamos a hacer el gañan en la piscina como, hace ya una colección de lustros, hacíamos en aquella otra piscina… cómo se llamaba… Solimpar creo recordar.

La última vez que les vi nos reunimos para cenar. Esta vez se pudo unir Israel junto con su mujer. Todo fue mejor si cabe, al darle continuidad me convencía de que todo aquello no era un espejismo. Volví a reírme, a pasarlo como nunca, o mejor dicho como antes. Lo que dije en aquel brindis con tres cervezas de más (lo que equivale a decir que me había tomado tres cervezas), era totalmente cierto: el viaje de más de 20 horas desde Filipinas merecía la pena aunque solo fuera para pasar una noche como aquella. Lástima  de no poder coincidir con David, él también se ha ido a vivir fuera de Madrid, confío que pronto podamos vernos ya sea en España o Filipinas.

Lo peor con diferencia es saber que solo les puedo ver  de tarde en tarde. Al final de aquella noche nos quedamos hablando en el coche con Truji y Patricia. Intentaba extender la conversación mas allá de lo que la razón daba de sí. Intentaba ganar segundos al reloj, regatenado aquellas manecillas que me anunciaban que tardaría otro puñado de meses en volver a reunirme con mis amigos de toda la vida.

Nuestra vida es lo que recordamos de ella. En muchos de mis mejores recuerdos ellos han estado presentes, en aquellos partidos con nuestro mítico TOSURTON, subiendo a Peñalara o simplemente hablando en un banco de una plaza. Junto a ellos recorrí el camino de la niñez a la madurez, con ellos no estoy, con ellos soy. Simplemente yo.

Muchas gracias. 

"Crecer sucede en un latido. Un día estás en pañales, al siguiente ya no estás aquí. Pero los recuerdos de la niñez permanecen contigo todo el camino. Recuerdo un lugar, un pueblo, una casa como muchas casas, un patio como muchos patios, una calle como muchas otras calles. Y el asunto es que, después de todos estos años, sigo mirando hacia atrás, maravillado."

Mario Jiménez.

jueves, 6 de octubre de 2011

2 de Octubre.




Llevaba mucho sin escribir. La verdad es que decidí parar por un tiempo pues simplemente me costaba ponerme a ello, no sé, desgana. Así que pensé que lo mejor era escribir solo cuando de verdad me lo pidiera el cuerpo, pues si aun escribiendo con ganas no soy ningún Quevedo, imagina si lo hago con la pereza distrayéndome. Tengo mucho que contar, y no quiero que se me olvidé, que al final el propósito de todo esto, poder mirar atrás dentro de unos años. Poco a poco tengo que retomarlo…


Sin embargo, la ocasión esta vez lo merecía, y como las palabras me van saliendo casi sin pensarlo, pues tampoco es plan de espantar a una musa que tan cara se vende y tan mal me quiere.

Pues eso, que el 2 de octubre fue mi cumpleaños. 36 otoños, aunque como dice un amigo mío por más que reviso no me salen las cuentas y creo que más de la mitad se me han perdido por el camino. Pero el caso es que aquí estoy más cerca de los 40 que de los 30.

Este fin de semana he tenido tiempo de repasar un poco el camino andado. Marisa me preparó una de esas sorpresas de las que ella es capaz y yo no. Me despertó a eso de las 4 de la mañana diciendo “date prisa que el avión para Boracay sale en menos de dos horas”. Otra lección más, la enésima, para que aprenda a ser mas detallista y menos egoísta.

Sinceramente, creo que los 36 años no me han cundido ni la mitad de lo que me gustaría. Me ilusiono mucho con la cosas, eso no sé si es bueno o malo, pues me ha hecho abarcar mucho más de lo que aprieto, y eso me ha llevado a no destacar especialmente en nada: aunque mi Sensei, yo creo que mas por ser tan pesado que por otra cosa, me dijo que estaba preparado para llevar el cinturón negro, mi karate es muchísimo peor de lo que me gustaría y debería ser a estas alturas, sé un total de 10 katas, ninguna la hago bien y me cuesta un mundo mejorar mínimamente en Kumite. Mal toco el piano y maltrato la guitarra. Con la fotografía es cierto que noto que he mejorado, nada meritorio teniendo en cuenta la cantidad de horas de estudio y las más de 7.000 fotografías tiradas. Las hay mejores y peores, pero ninguna que me haya hecho sentir que esa fotografía de verdad merecía la pena. Pero vamos, ni de lejos. Además, si hubiera alguna fotografía buena se debería más a todo lo que sé de filtros, técnicas aprendidas de otros, lentes y photoshop que a un talento innato.






Adoro a los perros. En especial los grandes y sobre todo los rottweilers.




Siempre me gustó y se me dio bien estudiar. Acabé siendo economista que, aunque me gusta y me siento orgulloso, fue la opción más pragmática de todo lo que me gustaba. De no haber sido por eso de las “posibles salidas” después de acabar la carrera, me habría decantado por Física para luego especializarme en Astronomía. Al acabar la carrera estudié un par de máster antes de hacer un MBA en el Instituto de Empresa. Llevo ya un puñado de años peleándome con el doctorado, después de completar el DEA ando en busca de un director de tesis. El doctorado lo hago porque me gusta claro, pero sobre todo porque creo que es el final del camino, y nunca me ha gustado dejar nada a medias.

No me gusta el Champagne ni las ostras. Recientemente he descubierto que si me gustan las navajas, aunque en general todo el marisco me sabe igual. Me gusta el vino, pero no entiendo demasiado, lo justo para saber si está picado o no y acordarme de tres o cuatro marcas que me gustan.

Tengo una especial tendencia a mirar al pasado, y a preocuparme demasiado por el futuro lo que a veces hace que me cueste disfrutar del presente. Me ha costado muchos años entender lo valioso que es la amistad, y es ahora cuando más cuido de ella aunque a veces pienso que es precisamente ahora cuando menos se me valora. Pienso que cualquier relación, por deteriorada que esté, se puede arreglar con mucho trabajo y buena voluntad.

Me gusta la lluvia, prefiero el frio al calor. Me gusta mucho el mar pero odio eso de ” ir la playa”.

Me apasiona todo lo antiguo, colecciono libros y grabados antiguos, he llegado a aprender algo sobre antigüedades  después de todos estos años. Lo primero que compré con mi primer sueldo fue una hoja de cantoral del siglo XVI. Ahora tengo pequeña colección de la que me siento orgulloso, siempre digo que eso es lo más cerca que estaré de la historia. Esta afición me viene de mi abuelo y quizás sea de entre todas, la afición que más me satisface, a excepción de viajar, aunque la verdad es que ambas cosas se complementan muy bien.

Me gustan los videojuegos. Me gusta la “retroinformática” es decir ordenadores y juegos con más años que el hilo negro. Mi juego favorito es “la abadía del crimen”.

Marisa ha aprendido a vivir con todo esto, la verdad es que me apoya en todo. Pero a mis 36 años, y sin poder ni deber quejarme, tengo la sensación de que muchas cosas que se van quedando en el tintero. Vivo con demasiada prisa, soy consciente de que la vida no es eterna, y de que se puede acabar en cualquier momento. El problema es que soy demasiado consciente de ello, mucho más desde que mi padre falleció.

Mis dos películas favoritas son Cyrano de Bergerac y Cinema Paradiso. Me gusta el cine “del oeste” Todos los años veo Pesadilla antes de Navidad en Navidad. Entre mis libros favoritos están Sinuhé el egipcio, León el Africano, Las flores del mal y el arte de amar.

Con diferencia, pero con mucha, mi hijo Diego es lo mejor que me ha pasado. Una sonrisa suya hace que todos mis problemas parezcan más pequeños.






Y aquí estoy con 36 años, viviendo en Filipinas desde hace 3, a punto de acabar este post, y todavía no teniendo claro como he llegado a este preciso momento.



Mario Jiménez.


viernes, 22 de julio de 2011

Un dia en el "colegio"

El post de hoy no lleva fotos, a lo mejor algún dia.
He estado en un "colegio" muy especial, está en un vertedero, a las afueras de un barangay llamado San Pedro.
El "colegio" es de los únicos edificios de ladrillo que hay en la zona. Tiene unos 8 metros cuadrados mas un "aseo" que consta de taza de váter y grifo.
ALIG, o sea, el grupo de mujeres expatriadas en el que estoy, tiene varios proyectos de ayuda y éste es uno de ellos.
Para animar a los padres a que lleven a sus hijos al colegio (es un vertedero, normalmente les ponen a rebuscar entre la basura para sacar algo de dinero) unas cuantas voluntarias (hoy éramos 3) se acercan y les bañan, les visten con ropa limpia y les dan fruta, galletas, zumos...
Para acceder a ésto el niño tiene que asistir habitualmente durante la semana a clase. Desde que ALIG empezó el programa (lo llamamos "Fresh Start Friday") la asistencia al colegio se ha multiplicado por mas de tres.
Llegas allí, en un 4x4, por caminos de barro casi intransitables, pasas por toneladas de basura... y te están esperando decenas de sonrisas, de entre 3 y 8 años, blanquísimas... probablemente parecen aún mas blancas de lo que son... porque el resto del cuerpo está negro. Negro.
Miradas de curiosidad, alegría infantil. Ya conocen a alguna de las que viene y el coche.
Yo les caigo bien porque mis ojos son oscuros, como los de ellos. Así que soy la encargada de meterme en el "aseo" con una chica local que nos ayuda a entendernos con los niños,un cubo, pastillas de jabón que traemos, pequeños botes de champú (los guardamos, cuando vamos a hoteles y demás) un par de estropajos y un par de cepillos para la ropa. Una esponja no serviría.
Impresiona mucho. Alguno entre los mas pequeños tuerce un poco la cara si le entra jabón en los ojos o con el primer cubo de agua fria. Ninguno de los más de 50 niños ha llorado. Símplemente se dejaban lavar, y para muchos era una auténtica fiesta tocar la pastilla de jabón y estar bajo el chorro de agua de un cubo. No conocen el agua corriente.
Con los cepillos para la ropa les frotaba los pies, pero era imposible en la mayoría de los casos. Era suciedad muy incrustrada, de andar descalzos por el basurero dia tras dia.  Algunos tenían heridas en los pies.
Ninguno llevaba zapatos.
Muy pocos llevaban ropa interior.
Mi compañera les secaba y cepillaba el pelo que posiblemente nadie había cepillado desde el viernes anterior.
La otra compañera leía cuentos en inglés a los que esperaban o los que ya habían acabado, o les enseñaba fichas para que adivinasen el animal, color, número etc.
No sólo llama la atención lo rápido que aprendían todo sino el entusiasmo que ponían.
Supongo que entre estar allí sentados (si, tenían sillas de plástico, todo un lujo) con un ventilador (tampoco tienen electricidad) y estar al sol en el basurero...
 Me gustaría enseñarles esto a los niños que piensan que el colegio es un "fastidio", una "lata"...
Antes de acabar la clase les dimos un plátano, un zumo y unas galletas a cada uno. Algunos mayores se lo guardaban. Pegunté por qué a la chica que estaba conmigo y me dijo que era para llevárselo a sus familias.
Nuestra otra ayudante era Maria Rosa, una chica de unos 12 años, con espina bífida. Ella elegía la ropa, entre la que traíamos, para vestir a los niños después de la "ducha". Chanclas esta vez no teníamos. Pero para el próximo viernes vamos a comprar ropa interior.
Al entrar venían directamente desnudos, o con una camiseta tan grande que servía de vestido... y ropa totalmente desgastada.
Maria Rosa tenía un ojo increíble para las tallas, y se reía cuando le decías lo bonito que era su pelo o lo bien que hablaba inglés.
Con la ropa había un pequeño problema.
Casi todo el grupo de ALIG es de procedencia americana. ¿Resultado? ROPA ENORME. Una camiseta de niña americana de 3 años valía para una de 6 o 7, pero una camiseta de una niña americana de 7 años... bueno, pues un vestido.
Por desgracia eran demasiados niños y pocos recursos. Casi la mitad se quedaron como venían, sin ropa o con su vieja ropa sucia de otras tallas.
El dia que vaya y tengamos ropa para todos haré fotos.
No voy a fotografiar a niños desnudos.

jueves, 14 de julio de 2011

Cositas cotidianas

Lo de anoche se merece una entradita de blog.
10 de la noche en Gachupilandia. Pijamas puestos, aire encendido, dientes lavados.
Mario. -¿No te traes al niño?
Yo. - No, hoy que lo duerma la yaya, que últimamente me tiene de reproductor musical y hoy estoy especialmente cansada.
(Esque la nueva moda, para Diego, consiste en BAILAR las canciones que le canto para dormir, pero además elige él el repertorio, y es de lo mas variado... Mario me pilló la semana pasada cantando "Avalancha", de Héroes. Y el niño feliz y meneando el body).
Yo. (Con medio cuerpo entre las sábanas)- Oye, ¿tu le has dado los antibióticos a Lisa?.
Uno de nuestros perros, que se hizo una herida y se infectó, y el veterinario que le trata le sacó huevos de mosca, que como viene siendo habitual aquí, insistía en enseñarme.


Mario.- OOOOOH! Se me ha olvidado! Que yo digo... que sé que es mi responsabilidad y eso pero... con lo cansado que estoy...que si tu podrías... en fin... que yo te compensaría y eso...
Yo.- ¿Me compensarías? ¿Y cómo lo harías? porque mira que bajar ahora, sin lentillas, en pijama, buscar algo comestible para esconder la pastilla, salir afuera, llenarme de babas de perro... y estoy agotada...
Mario.- Pues no sé, pide lo que quieras.
Yo.- Mmm... ¡Una cena romántica!
Mario.- Vale, hecho, este sábado te llevo a Omakase.

(Omakase es un restaurante japonés familiar, mesas de madera con su pátina de grasilla, servilletas de papel, abuelos, yayas, adolescentes con PSP... a unos 7 euros por cubierto.)
Yo.- ¿Omakase? ¡MARIO!¿"ROMÁNTICO"?
Mario. - Vale, pues te llevo a Omakase y te digo que te quiero.
Yo.-...
Y sí, le di las pastillas a Lisa. La pobre mía no tiene culpa...

viernes, 1 de julio de 2011

Otra sobre maids filipinas...

Mira que hace tiempo que no escribo.
 A veces pienso que es porque tras dos años y medio aquí he perdido esa capacidad de sorpresa. O casi.
Pero la portada de los periódicos de hoy bien se merece una entrada.
Resulta que el gobierno saudí ha decidido que no va a contratar a mas maids filipinas. Dicen que la tasa de paro nacional es muy alta y que a partir de ahora se contratan nacionales. (Anda que si se hace eso en España...)
Y los filipinos se han puesto en pie de guerra. La historia viene de atrás, de que Filipinas ha decidido que "para que en los países extranjeros no se explote a sus mujeres" los saudíes tienen que pagar a las maids filipinas un mínimo de 400 dólares al mes, para garantizar su bienestar. Y claro, los saudíes se han enfadado. Yo también.




En las mejores urbanizaciones del país se está pagando a las maids
AHORA MISMO, AL CAMBIO,DE 58 A  69´5 DÓLARES.
Por supuesto, si te vas para las provincias la cosa sigue bajando, y mucho.
Y se ríen de ti porque como eres extranjero, y pagas mas, las maids se aprovechan. Que es verdad, y los filipinos las tienen tiesas como velas y a mi me torean y a partir de las 8 de la noche me abren la puerta en pijama, o las tengo que despertar yo por las mañanas, o tengo que hacer mi comida mientras ellas juegan con mi hijo porque "no saben cocinar"...
Pero sinceramente, y volviendo a lo de los saudíes,
"tu, a las empleadas domésticas de mi país, les tienes que pagar 400. Pero yo, como son de mi país y hay confianza, ya si eso le doy poco mas de una octava parte".
¡Ayyyyy Omaaaaaaaaa!
Claro, ahora se llevan las manos a la cabeza diciendo que hay que ver, que miles de empleadas filipinas en Arabia Saudí se van a quedar sin empleo (por cierto, allí las pagaban unos 200 dólares) y ahora de qué van a vivir las familias de esas chicas, con todo el dinero que mandaban...
Me recuerda a Camboya, que ha sacado una ley hace poco que dice que si un extranjero se quiere casar con una mujer de su país tiene que cobrar mas de 2.500 dólares al mes, y ser menor de 50 años. Para evitar la "explotación" de sus mujeres.
Acabáramos.
O sea, ya se están agarrando los machos todos los "mileuristas" de España, que sepais que a dia de hoy necesitais ganar 722€ más para tener a vuestras señoras como se merecen. De traca.
Me pregunto cuántos camboyanos ganan mas de 2.500 dólares al mes, teniendo en cuenta que el salario medio es de (atención que esta es gorda) 50 DÓLARES. Telaaaaaa...
Por cierto, acabo de mirar que el sueldo medio en Filipinas es de unos 110 dólares.

lunes, 16 de mayo de 2011

El horizonte




La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”

Eduardo Galeano.



- Papá ¿dónde está el abuelo?

- Se ha ido a vivir muy lejos.

- Pero ¿dónde?

- Allí, en el horizonte, donde el cielo se funde con el mar.

- ¿Podemos ir a verle?

- No, pero seguro que él sí nos ve a nosotros, y cuida de ti.

- Pero… ¿qué hace allí tan lejos?

- Come espetos, toca la guitarra y se baña con el sol al atardecer, cuando el cielo se pone de ese color tan bonito. Yo intento fotografiarlo, pero nunca me sale.

- No lo entiendo. ¿Estará bien?

- Claro que sí. Para él ya siempre es agosto en Málaga.

- Tampoco lo entiendo papá.

- Bueno, ¿Por qué no vemos juntos el atardecer?

- Vale, seguro que al abuelo ya se está bañando.

- Seguro que sí.

Mario Jiménez.

martes, 19 de abril de 2011

El puente


El puente sigue allí, con sus árboles a los lados, con su rio que le cruza. El puente sigue allí. Pero las niñas del puente ya no están. Esas que regulaban el escaso tráfico, esas que reían casi siempre y a veces lloraban. Esas, ya no están.

El viejo puesto militar ya no está vacío. Las risas se han cambiado por miradas desafiantes y armas de guerra. ¿De verdad se necesitan soldados con rifles de asalto para hacer lo que antes hacían dos niñas pequeñas?

Sé que el mundo es así. Lo que no me creo es que no pueda ser de otra manera.

Mario Jiménez

jueves, 14 de abril de 2011

Cuando te gusta viajar

Cuando te gusta viajar, a no ser que te llames Mario y estés casado con Marisa, hay un momento previo en el que tienes que poner mucho cuidado ,o la lías.

Me refiero a la ORGANIZACIÓN DEL VIAJE, el momento en el que decides cómo te desplazas desde el punto A al B y dónde vas a dormir en B. Además cuando viajas con un bebe la importancia de la organización crece exponencialmente.

A estas alturas alguien debería darme un título de organizadora de viajes o algo así. A veces todo ha salido perfecto, otras no tanto, y alguna ha acabado como el Rosario de la Aurora.

Algunas han sido fallos míos, la más gorda la de China, un vuelo que salía a medianoche y no me di cuenta de que claro, había que estar allí el día antes, y perdimos el vuelo.

Otras han tenido que ver con la compañía con la que decides volar o el hotel donde decides alojarte. A veces pagas más pensando que vas a obtener un servicio mejor. Y a veces  es verdad, otras no. En ese sentido a menudo no tienes mucha elección, como por ejemplo los vuelos domésticos, la compañía tiene que ser Cebú Pacific o Philippine Airlines, la primera de ‘bajo coste‘.



www.cebupacific.com



Pues con ellos nos ha pasado de todo. Pagas un extra por tener un asiento más ancho, porque viajas con un niño en tu regazo. Llegas al avión y la señorita azafata te dice que nanay, que te vayas a uno de los estrechos porque los anchos son salidas de emergencia y ahí no te puedes sentar con el bebe. -‘lo entiendo señorita, entonces devuélvanme ustedes el dinero extra que he pagado por este asiento‘-‘no‘-.



O sea que no pagas un extra y decides que sean ellos los que te sienten. A Hong Kong, a pesar de no ser vuelo domestico decidimos ir con ellos, son baratos. Craso error. A la vuelta vamos a facturar y la chica del aeropuerto nos dice que además del pasaporte necesitamos VISA para entrar en Filipinas. Ojiplática me quedé.

‘Señorita, mire usted que las visas están estampadas en el pasaporte‘. Nos responde que eso no sirve. ‘Que llevamos casi dos años y medio viviendo allí‘ dije yo. Me mira con la cara con la que mirarías a alguien que intentase pagarte con un billete de 13 euros. Me empiezo a poner muy nerviosa. Dice que lo va a consultar. Miro su placa. Lo empiezo a comprender. ‘Fulanita de Tal. Trainee‘. Bueeeno todos hemos empezado alguna vez, nadie nace sabiendo. Viene diciendo que ok. Tardamos 15 minutos en explicarle que el carrito se desmonta en 2 piezas y hay que poner dos pegatinas. La gente de la cola bufa. Emite los billetes mal, nos da el de otra persona. Miradas asesinas por todos lados. Al final nos ha llevado casi tres cuartos de hora. Corriendo para el avión. Nos sentamos. Nuestro asiento esta, justito justito en la fila más estrecha del avión. Vaya con mi amiga que ojo y que mala leche ha tenido al darnos los asientos. Viene alguien de la compañía. Y pregunta; QUE DONDE ESTA NUESTRA MALETA. Mario la mira con cara de pánico. ‘Pues... en el avión. Espero‘. La chica nos mira con desdén. ‘¿Saben, al menos, el nombre de la persona del mostrador que les atendió?...‘ ‘¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!‘Me oyó todo el avión gritar. ‘¡¡¡FULANITA DE TAAAAAAAAAAAAAAL!!!‘ La expresión atónita de Mario me compensó por la cara que me puso cuando perdinos  el avión en Beijing.
Tras un retraso de media hora -para mí que andaban buscando nuestra maleta- el avión salió, y milagrosamente al llegar a Manila allí estaba mi Tumi querida.


Ahora tenemos planeado ir a Tailandia la semana que viene. MI VIAJE. Mario me prometió tiempo atrás que iba a haber un viaje solo para relajarme al sol y bañarme en la playa. Vamos a visitar templos en Bangkok pero también a Phuket a relajarnos.


Mario decidió ‘tirar la casa por la ventana‘y ya que era mi viaje hacerlo a lo grande. Nada de bajo coste y hoteles en promoción, la (supuestamente) mejor aerolínea y los mejores hoteles.

Toda feliz, me siento con mi ordenador y empiezo a planear el viaje que llevaba años esperando. Como una Luna de Miel pero con Diego.

Me voy a la web de Thai Airlines, mira que bien, me dejan elegir hasta el menú. Qué diferencia, hay que ver...




Le doy a pagar. ERROR. Malo, malo malo. Bueno, eso es una señal. Voy a reservar con Philippine Airlines que es más barato y tampoco pasa nada. ‘Lo sentimos, su transacción ha sido denegada‘. Si es que... anda venga llamo a los de Cebú Pacific, total con lo que nos ahorramos tenemos para un par de tours. ‘Señora lo siento pero la transacción ha sido denegada por su banco‘.

Llamo a Mario un poco nerviosa. ‘Llevo casi tres horas intentando reservar el vuelo, y se te ha olvidado meter el dinero‘. ‘No, no se me ha olvidado. Voy a mirar. Oye, que si que has comprado el billete, esta mañana con Thai Airways. Menos mal que no metí mas dinero porque si no compras dos billetes. Ten más cuidado.‘

Miro mi correo... no, no hay confirmación de nada. Llamo a la compañía... ‘no señora, no hay reserva‘. Yo ya al borde del parraque. Me piden una muestra de lo que les digo, se la mando, número de transacción y de autorización, nada de nada, se desentienden. ‘Pero si esto es una de las mejores aerolíneas del mundo...‘ Yo probaba con todo, les suplicaba, les gritaba... nada. Que vaya comprando otro billete mientras miran a ver qué ha pasado. Que es que estos días en Bangkok están de fiesta, la Fiesta del Agua. Muy bien pero la persona que decidió coger el dinero de mi cuenta no estaba de fiesta...

La chica de la oficina en Makati borde, borde, borde. Llamamos a Bangkok, casi no hablan inglés, pero nos dicen que sí, que nos mandan un mail como que nos devuelven el dinero. Recibimos un mail de la encargada de la oficina de Makati diciendo que no tenemos reserva. Respondo, con la mayor educación posible, que eso ya lo sé, que lo único que quiero a estas alturas es que me pongan por escrito que como no tenemos reserva nos van a devolver el dinero, ya no inmediatamente, sino que nos lo van a devolver. Tarda 6h y dos llamadas mías en contestar que COMO ME HABIA DICHO ANTES iban a devolver el dinero.

Yo ya dando por hecho que había que cancelar los hoteles, que tocaba quedarse en casa, con la suerte que tengo... pero Mario dice que no, que no me preocupe, que mete más dinero y compre otro billete. Miro en la web de Thai, con más miedo que vergüenza, y si, un par de días después sigue habiendo billetes. un 150% más caros. Pero es que encima para comprar el billete de Diego no lo puedes hacer por internet, sino que te tienes que ir hasta Makati, para que te lo venda mi amiga la simpática. Teniendo en cuenta que la tarjeta está a nombre de Mario, que esta trabajando, y que el fin de semana la oficina cierra...

Paso, a ver si tienen los de Philippine Airlines. Tienen. Dos plazas. Mucho mas caras que hace dos días también. Pruebo. SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. Tenemos billetes. Increíble.



www.philippineairlines.com



Por supuesto seguimos esperando a que Thai decida devolvernos nuestro dinero. Cuidadito con algunas compras, que los bancos se lavan las manos y te comes tú el problema.


sábado, 9 de abril de 2011

Boracay. El paraíso encontrado






Filipinas está formado por m'as de 7000 islas. Manila está situada en Luzón, la isla principal. Está es quizás la parte menos atractiva de Filipinas. Sin embargo, cuando nos desplazamos a cualquiera de sus otras islas empezamos a descubrir la verdadera belleza de este país.
Boracay es una isla paradisíaca situada a unos 315 Km de Manila. Es sin duda uno de los principales destinos turísticos de Filipinas, se puede decir que es como la Ibiza de este país. Fiesta toda la noche, surf, buceo… Una maravilla.
Nosotros no íbamos buscando la fiesta, así que decidimos ir al Hotel Shangri-la de Boracay.  Este hotel está mas alejado y escondido del resto de la isla. Con sus dos playas privadas y una localización inmejorable, este lugar es de verdad un paraíso en la tierra.







Arenas blancas y finas, unas aguas cristalinas que siempre nos dejan ver el fondo del mar y sus numerosos habitantes. Cuando la noche va cayendo se puede escuchar ese ruido tan característico de la selva, es entonces cuando podemos ver bandadas de zorros voladores surcando los cielos de Boracay. Los zorros voladores son una especie de murciélagos gigantes que pueden alcanzar los 150 – 180 cm de envergadura. Afortunadamente solo comen frutas. Son típicos de está zona de Asia, de hecho no era la primera vez que nos encontrábamos con ellos, ya tuvimos oportunidad de verlos y oírlos – el sonido de su aleteo al volar es impresionante- en Sri Lanka, Maldivas y Camboya.



Para llegar a este paraíso hay que coger un avión desde Manilla. Nuevamente decidimos volar con Cebú Pacific. La verdad es que tampoco hay muchas mas opciones. Los vuelos locales están restringidos a los operadores extranjeros, así para desplazarnos de isla en isla solo podemos volar con compañías locales. En este vuelo nos pasó algo bastante gracioso. El aire acondicionado parecía estar averiado. Por encima de la ventanillas empezó a salir una gran cantidad de humo blanco, quiero decir mucho más de lo habitual. Al principio salía más o menos por todo el avión, lo que ocasionó las quejas de los pasajeros. Pero después el humo blanco quedo localizado exclusivamente en un asiento. La mujer que ocupaba ese asiento permanecía impertérrita mientras se iba perdiendo, literalmente, entre la espesa niebla. Y así, desaparecida, estuvo la buena mujer gran parte del viaje. Mientras, la gran mayoría de los pasajeros y azafatas se morían de la risa. Tengo que reconocer que a mi también se me escapó alguna sonrisilla.
Y por fin llegamos a Boracay. Allí nos esperaban para llevarnos en barco privado a nuestro hotel. La verdad es que la recepción fue perfecta.  A las pocas horas ya estábamos bañándonos en una playa completamente desierta.  Las playas de Boracay desde luego no tiene nada que envidiar a las de Maldivas o Bahamas por ejemplo. Mas bien al contrario. Pero además, si nos cansamos de tanta playa paradisíaca, el hotel tiene una de esas piscinas infinitas con Jacuzzis  en cada esquina. Incluso el último día pudimos reservar ( lo que básicamente es llegar el primero) una especia de cabaña con piscina y un jacuzzi privado.










¿Es todo tan perfecto? Pues la verdad es que no. El servicio del hotel en muchas ocasiones dejó mucho que desear. El primer problema lo tuvimos con el médico del hotel. Diego se arranco un trocito de uña y sangraba un poco, nada cuatro gotas. Así que nos acercamos al medico, este le corto la uña, le puso betadine y una tirita. La sorpresa vino cuando nos quiso cobrar 3000 pesos, unos 50 euros, por 30 segundos de trabajo. En cuanto le dijimos que lo pagamos sin problema pero que íbamos a hablar con el director a ver si esos eran los precios normales, el médico salió corriendo detrás de nosotros diciendo que no nos preocupáramos, que no nos cobraba nada.
A la mañana siguiente decidimos bajar al pueblo a comprar papilla para Diego. Hay un servicio de mini buses que te lleva en diez minutos. Además, el autobús para justo en la puerta de un supermercado, con lo cual le dije al conductor que esperase dos minutos, y regresábamos al hotel con él. Pues se negó en rotundo. Y de verdad que eran dos minutos. Supuestamente a la hora tenían que pasar a recogernos, pero tardaron casi tres horas. Y allí estábamos nosotros, con un calor de justicia y un bebé de pocos meses. Se podrá decir que, bueno, es lo típico en estas tierras, que hay que aceptarlo y no estresarse… Sí, de acuerdo, pero es lo que dice Marisa, no puedes dar ese tipo de servicio pero pretender cobrar más caro que el Four Season de Nueva York. Esto es principalmente lo que creo que está impidiendo que Filipinas se convierta en un destino turístico de primer nivel.
Aún así, no hay mal que por bien no venga. Encontramos un bar llamada “The Hobbit house bar”. Un bar donde los camareros ( que son todos enanos, por cierto) ponen una cerveza buenísima. 

Mario Jiménez.




domingo, 3 de abril de 2011

Singapur. La ciudad perfecta




Una ciudad donde todo funciona, donde todo es como debe ser porque no puede ser de otra manera. Una de las ciudades más seguras del mundo, una ciudad cuyo único defecto es que es… perfecta.  Y esa perfección la lleva a ser irreal, casi artificial.

Singapur es una ciudad estado situada en la península de Malasia, es el segundo país con mayor densidad de población del mundo, después de Mónaco. En Singapur además conviven en perfecta armonía Chinos, Malayos e Hindúes. Las diferentes creencias y formas de ver la vida no han sido obstáculo para convertir a Singapur en el cuarto centro financiero mas importante del mundo y uno de los países mas ricos en función del PIB. Basta con decir que Singapur cuenta con el puerto marrítimo que maneja mayor volumen de carga del mundo.



Sinceramente, creo que Singapur debe ser uno de los mejores sitios para vivir como expatriado. Pasear por Orchand Road, la mayor calle comercial de Singapur, es como hacerlo por la calle Goya de Madrid o por Oxford street en Londres. Realmente no parece que estemos en Asía. Fue allí precisamente donde nos pasamos el primer día. Después de un año usando mi canon 450d, convencí a Marisa para comprar la canon 7D que tan buenos ratos me está haciendo pasar. Pero claro, no era como para comprarlo en la primera tienda. Así que nos pasamos  5 horas de tienda en tienda, preguntando, regateando, volviendo a preguntar… para, al final, volver a la primera tienda donde había preguntado y el precio era más barato. Eso sí, las tiendas y los centros comerciales de la zona nos los conocemos al dedillo.

Si queremos conocer el lado mas oriental de Singapur debemos perdernos por el barrio Chino e Hindú.  Fuimos a visitar el barrio Chino por la noche, cuando todas su luces están encendidas y el bullicio de la gente anima las calles. El barrio Chino de Singapur es parecido al de cualquier otra ciudad del mundo, con tiendas y restaurantes, farolillos rojos y puestos donde hay que regatear con los vendedores casi por obligación.  Como en cualquier otra ciudad, solo que mucho mas limpio y organizado. Es todo tan perfecto que a veces no parece que estés en un barrio chino.Irónicamente ese es el mayor defecto de Singapur. Aún así caímos en la tentación de cómprale a Diego un traje chino muy apropiado para las circunstancias.





Al visitar al barrio Hindú parece como si cambiáramos de país.  El aroma de los inciensos se va mezclando mientras nos adentramos por sus coloridas calles. Distintos templos van apareciendo en nuestro camino, aunque curiosamente el templo Hindú mas grande de Singapur se encuentra en el barrio Chino. Paramos en muchas tienda preguntando por las típicas figuras de bronce de la deidades hindúes que tanto me gusta. Finalmente no compramos ninguna, y menos mal que no lo hicimos, pues en Camboya encontramos las mis piezas pero 10 veces mas barato.  Pasear por el barrio Hindú es sumamente agradable, y por supuesto en ningún momento tuvimos sensación de peligro. A estas alturas, y después de dos años y medio viviendo en Asia puedo asegurar que en líneas generales las ciudades asiáticas son mucho mas seguras que las europeas o americanas.





La visita a Marina Bay, donde se encuentra el famoso “león – sirena” , símbolo de la ciudad, es obligatoria. Desde allí podemos contemplar las mejores vistas del distrito financiero. Un paseo en barco cuando ya ha caído la noche y los rascacielos se han iluminado es una experiencia que no hay que perderse en Singapur. Además, en Marina Bay se encuentra el famoso hotel casino Marina Bay Sands, uno de los hoteles más caros del mundo y en un símbolo distintivo de la ciudad de Singapur. Esta constituido sobre 3 torres de unos 200 metros de altura sobre la que se asienta una plataforma en forma de barco. Esta plataforma en forma de barco es el último piso del hotel, y se denomina Skypark Arena. Es ahí donde se encuentra la famosa piscina que parece está construida en el cielo… Las vistas deben ser espectaculares. Digo deben ser, pues cobran 50 euros por persona solo por subir a verlo, así que decidimos no entrar… Una excusa para volver como otra cualquiera. Aún así desde la bahía se pueden sacar fotos estupendas del los rascacielos iluminados. Y esa era mi intención, sin embargo cuando empezaba a sacar el trípode con la idea de aprovechar mi cámara nueva, escuche en mi espalda un “¿te queda mucho?" que me confirmaba que mi sesión de fotografía iba a durar menos de lo deseado.









Para moverse por la ciudad, lo mejor es coger el metro, limpio y puntual como el de Tokio, pero mas moderno. También se puede coger un taxi sin problemas, son baratos y rápidos, además en muchos de ellos se pude pagar con tarjeta de crédito.
En cuanto a los hoteles, la verdad es que Singapur no es nada barato. Aún así Marisa se las apaño para conseguir una buena oferta en el Orchard Hotel, un maravilloso hotel situado en Orchand Road. Sin embargo, solo pudimos estar allí los primeros dias, luego el hotel estaba completo por una convención. Así que nos tuvimos que mudar al hotel mas surrealista de toda mi vida. El hotel en cuestión se llama Me!. Lo curioso es que no salió mas barato que el primero, aunque estaba mucho mas lejos del centro de la ciudad. Era un hotel musulmán. Hasta entonces no sabía que hubiera hoteles musulmanes, al igual que no me consta que los haya católicos o budistas. Un hotel es un hotel ¿no?. Pues no. Desde luego este hotel no es como me habría imaginado un hotel musulmán. Te dabas cuenta porque había muchos musulmanes y porque no servía cerdo, pero la decoración… Cada planta estaba dedicada a un personaje famoso. Nosotros estábamos en la de Elvis Presley. Así que toda la planta estaba pintada en verde chillón con la silueta del “rey” por todas partes, digno de ver. La habitaciones eran minúsculas, tanto es así que ni siquiera cabía la cuna del niño. En definitiva, junto con otro hotel en Miami de cuyo nombre no quiero acordarme, el peor hotel donde hemos estado. No lo recomiendo.
Resumiendo Singapur es uno de los países más limpios, seguros y ricos del mundo. ¿ Realmente es todo tan perfecto?. Bueno, dicen que para saber como es una ciudad hay que observar como trata a sus niños, a sus ancianos y a sus animales. Ancianos vimos pocos, perros ninguno. En cuanto a niños, la verdad es que  tuvimos algunos problemas al viajar con Diego. Ningún autobús nos paraba al vernos con el carrito del niño ( que se pliega y no ocupa mucho espacio). Pero es que además mucho taxis tampoco paraban. Así que al final Marisa y Diego se escondían mientras que yo paraba el taxí, una vez yo ponía un pie dentro ellos aparecían de la nada para hacerse fuertes en los asientos traseros… En realidad ninguna ciudad es perfecta.



Mario Jiménez.