miércoles, 11 de noviembre de 2009
Preparando la venida de Diego
Los meses han ido pasando y la fecha en la que esperamos que venga Diego está cada vez mas cerca. Ha sido un embarazo complicado por varias razones. Estamos muy lejos de casa y por tanto de todas las personas que nos gustaría tener a nuestro lado. Diego nos ha dado un par de sustos y hemos tenido que pasar más tiempo del deseado comprobando el grado de desarrollo de la medicina Filipina. Gracias a Dios, hemos encontrado algo de arropo dentro de la asociación de Expatriados que hay dentro de nuestra villa. En concreto Marisa pertenece a la de Mujeres Americanas, aunque la verdad es que hay gente de todas las nacionalidades. Allí hemos encontrado algunos amigos que siempre están dispuestos a ayudar.
Ahora Marisa, “supuestamente”, está haciendo reposo. La última ecografía, esta vez en 4D, muestra que todo va bien. El niño pesa unos 1200 gramos y debería llegar hasta los 3 Kg en las semanas que quedan. En teoría saldríamos de cuentas para mediados de Enero. Pero Diego ya ha dado amagos de querer venir antes en varias ocasiones. Parece estar deseoso de empezar a entrenar Karate.
Y como las hojas en el calendario van cayendo, es hora de comenzar con todos los preparativos. Ya hemos comprado mucha ropita y nos consta que desde España la familia también está haciendo buen acopio (aunque no nos quieren decir nada). Tenemos encargado el carrito, que finalmente será el “Bugaboo Cameleon”. La cuna, regalo de la madre de Marisa, esperamos tenerla en casa para principios de diciembre.
Marisa ya ha comenzado con el síndrome del nido, y su primera decisión fue pintar la futura habitación de Diego. La habitación era blanca, y un buen día Marisa me llama y me dice “voy a pintar la habitación en color huevo de avestruz”. Como suena. Yo le respondí que los huevos normalmente son blancos y que blanco era el color actual de la habitación.” Qué sabrás tú de esto” me inquirió ella. Y es verdad, sé menos de decoración que de poesía medieval otomana. Pero el caso es que yo sigo viendo la habitación igual que antes. Dicen que los esquimales distinguen más de 30 tonalidades de blanco y utilizan más de 40 palabras para definir el color de marras. Estoy seguro que una de esas palabras sirve para referirse al color “huevo de avestruz”. A riesgo de ser pesado, la mayoría de los huevos son blancos ¿no? Eso sí, hay un olor tal a pintura que si pasas más de tres minutos en la planta de arriba (donde dormimos) comienzas a ver duendes y dragones de colores. Pero Marisa está contenta, así que todos contentos. Yo el primero.
Lo que todavía no he contado es que la futura habitación de Diego es la actual habitación de la Play Station. Además de la consola y la TV de plasma guardo allí todos los comics y libros que me traje de España. Y ¿dónde van a ir a parar todas mis cosas? Al pasillo de la planta de arriba. Dice Marisa que el pasillo es muy grande y está desaprovechado. Y no le falta razón. Pero teniendo tres habitaciones más, despacho, salita y salón, que me destierren al pasillo……..Además, lo está haciendo con nocturnidad y alevosía. El otro día fui a echar mano de uno de mis libros y ya los había cambiado al armario del mencionado pasillo, donde se guardan las sabanas y las maletas. Lo extraño es que el resto de armarios están prácticamente vacios……
El caso es que, si Dios quiere, en dos meses ya podremos ver a Diego y yo me muero de ganas. Eso sí, si dentro de unos años pretende que la Play Station vuelva a su habitación va listo……
Mario Jimenez.
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